De nuevo por aquí, después de algún tiempo sin publicar, pero con algo que no podía dejar de enseñaros.
Esta vez, la nueva receta es panarra, una de casi las mil recetas pendientes que tenía de hace bastante tiempo de probar y aprender. Y por fin, aquí está.
Unos ricos panecillos que he de decir que merece y MUCHO la pena de hacer, ya que congelan perfectamente y con ellos podremos tener unos desayunos peeeeeerfectos y con pan DE VERDAD.
Paso a explicaros, y aunque parezca largo de elaboración, tened en cuenta que en los levados podemos ir haciendo otras cosas, así que aprovechad, probadlos y ya me contáis...
Ingredientes para 8 molletes.
Poolish:
-150 gr de agua
-100 gr de harina de fuerza
-2 gr de levadura fresca
Resto de la masa:
-100 gr de semolina
-100 gr de harina de trigo
-200 gr de fuerza
-20 gr de manteca de cerdo
-8 gr de sal
-2 gr de levadura fresca
-150 gr de agua
Aceite de oliva para engrasar el bol
Elaboración:
En un bol ponemos todos los ingredientes del poolish hasta conseguir una mezcla homogénea y removemos hasta que todo esté bien integrado. Tapar el bol con papel film y dejar levar hasta que doble volumen. (Yo que vivo en un sitio muy frío me tardó 3 horas, si queréis adelantar este paso, podéis hacerlo la noche antes, dejarlo a temperatura ambiente sobre una hora y luego refrigerar toda la noche).
Cuando el poolish haya crecido, le iremos poniendo el resto de la masa e iremos amasando hasta conseguir una masa lisa. Hacer una bola con ella, y dejar en un bol engrasado con una pizca de aceite de oliva hasta que vuelva a duplicar de tamaño. No añadir más harina ó agua, tened paciencia e ir amasando, veréis como poco a poco, la textura va cambiando y queda cómo ésta.
Ya vuelto a doblar tamaño, cogemos la bola quitamos todo el aire suavemente haciendo un rollito y cortamos en 8 piezas del mismo tamaño con un cuchillo muy bien afilado (así evitaremos rasgar la masa).
Boleamos y dejamos reposar la masa unos 10 minutos.
Podemos ir preparando mientras el papel de horno donde tendremos que dejarlos levar la última vez.
Ya reposada la masa, cogemos un rodillo ajustable y le colocamos el anillo de 4 mm. Lo pasamos por la masa y lo dejamos a esa altura. (Si no tenéis no preocuparos, podéis hacerlo con las manos).
Los colocamos todos bien separaditos en papel de horno, los tapamos con un trapo de algodón limpio y los dejaremos levar de nuevo hasta que doblen su volumen. Tened paciencia en este paso pues es lo más importante para que queden perfectos luego en el horno. Iréis viendo que irán levando muuuuuuy despacito primero por los bordes y luego por el centro. Cuando hayan duplicado toda su superficie estarán perfectos para hornear.
Para ello, precalentamos horno a 200º con calor arriba y abajo. Ya caliente metemos los panecillos, bajamos la temperatura a 180º y los dejamos hornear unos 12 minutos. Deben quedar doraditos pero no muy morenos. Recordad que este pan es blanquito.
¡¡¡Mirad qué miga!!!
¡¡¡Mirad qué miga!!!
Nota: si queréis congelarlos, bastará con esperar que enfríen, meter en bolsas zip y congelar. Para descongelar bastará con sacarlos media hora antes de usarlos y listos. Con un golpe de tostador, y un poquito de aceite oliva virgen extra están ''que pa qué''.
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