Lo que peor llevo estando fuera es el no poder estar con mi familia, mis amigas...
Echo mucho de menos esos momentos en los que ríes por tonterías, en los que desconectas totalmente, y te sientes bien porque sí...
Eso es lo que me pasa con una de mis mejores amigas, no hay día en el que haya estado con ella que no hayamos reído, no hay día que no me haya hecho sentir especial, no hay día que no vea algo que no me recuerde a ella... Y hacer este plato, esta receta, lo ha hecho aún más.
La primera vez que comí este plato fue en una barbacoa que hicimos en casa. Se ofreció a llevar este pastel porque es algo que le encanta cocinar, y sabía que nos gustaría a todos... y vaya si acertó, fue lo primero en desaparecer de la mesa. Diría que duró menos de media hora.. y no exagero, ¿eh?
Por ella y para ella, he decidido hoy hacer esta receta, así de una buena forma teníamos una cena especial en casa, y a la vez, le dedicaba este post..
Espero que a vosotros os guste también y os atreváis a reproducirlo en vuestras cocinas, ya veréis que es algo fácil de hacer, y que estoy segura que triunfará tanto como aquel día en mi barbacoa, y hoy, aquí en Reino Unido en la cena.