viernes, 12 de febrero de 2021

Tarta inglesa "San Valentín"

Toca receta dulce, y qué mejor forma de daros una idea para San Valentín que se acerca en unos días. 
Esta tarta me encantó desde que la hice por primera vez, es fácil, rápida y gusta a todos!!!!
Es cierto, que diariamente opto por otro tipo de tartas, dulces ó bizcochos, un poco más saludables, pero es verdad que para ocasiones especiales SIEMPRE aprovecho para desempolvar mis libros y escoger alguna en la que pueda darme un capricho extra. 

Esta tarta es MUY típica de tierras británicas, y debo admitir, que cuando me fui allí a vivir pensé que no me gustarían sus dulces, sus comidas, "una leyenda urbana", porque me sorprendí bastante. Vine totalmente enamorada de sus "scones", de sus muffins ingleses, de sus "pies", de sus milhojas con crema o nata,.... y de cientos de cositas que ahora estando de vuelta en España echo de menos... ¿quién lo diría, verdad?

Esta tarta que os traigo hoy se llama Victoria sponge, y cuenta la historia que es porque era la tarta preferida de la reina Victoria, y no me extraña, es toda una delicia. Queda un bizcocho mega esponjoso, super apetecible con la nata montada, y con el toque diferente de las fresas naturales (en UK le ponen mermelada de fresa, pero quise hacerle esa modificación para aportarle el crunchy de la fresa natural).

Entonces, ¿qué? ¿Os he convencido para que la hagáis?

Ingredientes:
-Para el bizcocho (en molde de 20 cm alto ó 22 cm si el vuestro es bajo) También podéis dividir cantidades en dos moldes de ayer cake si es lo que tenéis en casa y también os quedará genial.
4 huevos L
225 gr de mantequilla (pomada, a temperatura ambiente) sin sal
225 gr de azúcar blanca
225 gr de harina
1 cucharadita pequeña de levadura
-Para el relleno
200 ml de nata para montar (mínimo 35% materia grasa)
100 gr de fresas
-Para decorar
Azúcar glass

Elaboración:
Lo primero que haremos será precalentar el horno a 180º con calor arriba y abajo SIN AIRE con la bandeja a media altura.

Batimos los huevos hasta que dupliquen de volumen y reservamos.

Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que blanquee y suba de volumen, incorporamos la harina y la levadura tamizada con movimientos envolventes y por último ponemos los huevos poco a poco para que la mezcla no baje y mantenga el aire.

Preparamos un molde, podemos poner papel vegetal tanto abajo como en los laterales, podemos poner spray antiadherente (mi opción preferida), ó podemos poner un poco de mantequilla y harina tamizada. Todas esas opciones serían para poder desmoldar sin ningún tipo de problema y que el bizcocho no se nos rompa.

Ponemos la mezcla en el molde y horneamos durante 40-45 minutos. Para comprobar si el bizcocho está hecho, bastará con clavar un palillo de madera, si sale limpio es que está listo y si no, habría que dejarlo algo más de tiempo. Podéis ir comprobando cada 5 minutos aproximadamente. 

Para enfriar el bizcocho lo recomendable es dejarlo en el molde unos 10-15 minutos, y luego desmoldar con cuidado y terminar de enfriarlo sobre una rejilla.

Mientras el bizcocho enfría será el momento de montar la nata.

Es recomendable que el bol donde vayamos a hacerlo y la nata estén bien fríos. Yo lo que hago es meter en el congelador ambas cosas unos 5 minutos antes y queda perfecta. 

Reservaremos en el frigorífico mientras el bizcocho enfría.

Pasaremos a picar las fresas, podéis hacerlo del tamaño que queráis, a mi me gusta dejarlas grandecitas. Tal como podéis ver en la foto, pero es cuestión de gustos y podéis elegir la forma que prefiráis. 

Cuando el bizcocho esté bien frío lo cortamos con una lira (o cuchillo panadero) con cuidado, incorporamos la nata montada, los trocitos de fresas, y cerramos con el segundo bizcocho. 

Para decorar un poco de azúcar glass y ¡¡¡a degustar!!!
Tips: para conservar esta tarta debéis usar el frigorífico, ya que lleva nata montada.

Y ya sabéis si os gusta la receta, me encantará saberlo y si la hacéis mucho más.... 

Por cierto, estoy también por instagram, me encontraréis con el mismo nombre que el blog @otralocadelacocina 

Id a verme y ya veréis que chulo está quedando....


lunes, 1 de febrero de 2021

Pan con cúrcuma y semillas



Casi dos añazos sin escribir en el blog, el trabajo, cambios en la rutina, y algo de pereza en fotografiar, editar y escribir me hicieron irlo dejando poco a poco.

Lo que por supuesto no dejé, fue el cocinar, de hecho cada vez he ido cocinando más y más y más... Leyendo, aprendiendo y practicando, y todo esto ha sido por lo que ahora haya dicho, voy a retomarlo, ¿por qué no? 

Y me hacía ilusión, MUCHA, volver con una receta de pan casero. Y no una receta cualquiera, sino una un poquito diferente, y no por ello, que no sea fácil y básica para que podáis hacerlo todos los que os animéis.

Con todo esto del confinamiento, el maldito virus, hacer pan en casa se ha vuelto un hobbie más para muchas de las casas del país, y no hay mejor cosa, y nada que de más satisfacción que el mezclar harina, agua, levadura (ó masa madre), y sal, consigamos algo tan MARAVILLOSO como este pan.

Voy a detallaros ingredientes con levadura para que sea más accesible a todos, y un poco más adelante, iré añadiendo algunas otras recetas con masa madre (para los que queráis ir probando).

Espero que os guste, que os alegre mi vuelta y que os animéis sobre todo a probarla!!!!

Ingredientes:

Polish:

100 gr de harina panadera, 100 gr de agua templada, 1 gr de levadura seca.

Resto de la masa: 

400 gr de harina panadera

50 gr de harina integral

265 gr de agua templada

1 gr de levadura seca

1 gr de curcuma

40 gr de semillas ecológicas (pipas de girasol y de calabaza, semillas de amapola, chia y sésamo)

12 gr de sal

Elaboración:

Para conseguir un sabor más auténtico a pan, un buen aroma, y una buena estructura en él, lo ayudaremos haciendo un polish la noche anterior a querer hacer nuestro pan.

Para los que no conocéis el polish es como si fuera una masa madre, pero muchísimo más joven, ya que se hace con unas 12 horas de antelación, y no tenéis que estar alimentando durante tantos días como la masa madre.

Para hacerla basta con mezclar los ingredientes del polish, mezclar muy bien y dejar a temperatura ambiente durante unas 12 horas.

Tened en cuenta que ahora en casa no hace más de 17-18 grados, si os hace más calor, dejad a temperatura ambiente un par de horas como mucho y luego reposar en el frigorífico.

A la mañana siguiente veréis que la mezcla burbujea muchísimo, comienza a oler a fermentos lácticos, y tiene una maravillosa pinta.

En un bol grande poner el resto de ingredientes de la masa (excepto la sal) junto al polish, mezclar lo justo para que la harina absorba líquidos, y dejar reposar sin hacer NADA durante una hora tapado con un trapo, un gorrito de ducha, ó papel film. Este paso se llama AUTOLISIS, y sirve para que los ingredientes sólidos vayan absorbiendo bien los líquidos, y que el gluten vaya desarrollando.

Mientras tostamos un poco el mix de semillas en una sartén, y cuando veamos que ya están tostaditas, las sacamos, la molemos un poco con un molinillo ó una picadura y le ponemos una cucharadita pequeña de agua. Removemos y reservamos.

Cuando la hora haya transcurrido comenzamos a amasar poco a poco. Os aconsejo ir amasando durante un par de minutos, e ir reposando otro par de minutos, así con amasados cortos y reposos, en poco menos de media hora tendréis una masa homogénea y lista para poner la sal. Añadimos la sal, y volvemos a amasar durante unos minutos hasta que notemos que la masa haya absorbido bien toda la sal. Lo último que haremos será estirar la masa todo lo que podamos, ponemos las semillas y vamos plegando con cuidado hasta conseguir una bola.

¿Para qué retardamos el momento de poner la sal y las semillas? Pues lo hacemos para ayudar a que el gluten desarrolle bien, y que nos sea más fácil amasar la mezcla. Ya que cualquiera de esos dos ingredientes, impedirían que se hiciera correctamente.

Ya conseguida una masa lisa, la dejamos levar hasta que duplique en un bol pincelado con aceite (para que no se pegue). Os aconsejo usar un bol que tengáis con numeritos, ó rayitas, para que así os sea más fácil ver cuándo duplica la masa.

Mi masa tardó en levar unas tres horas. 

Ya pasadas las tres horas, preparamos un banetón ó un bol con un trapo y echaremos harina (a mí me encanta ponerle harina de freír que es más gruesa, pero podéis optar a poner cualquiera que queráis) sacamos del bol, con cuidado, formamos una bola de nuevo y cerraremos la bola con un hatillo, y lo dejaremos con el pliegue (hatillo) en el banetón ó bol hacia arriba. Metemos en una bolsa de plástico, y lo pasamos al frigorífico mínimo 4 horas.

Pasadas las 4 horas, veremos que la masa ha seguido creciendo, Será hora de precalentar nuestro horno con la bandeja en la parte más baja a temperatura máxima, calor arriba y abajo SIN AIRE. Lo dejaremos al menos 40 minutos.

10 minutos antes de que el horno termine, sacamos la masa del frigorífico, volcamos en papel de horno sobre una bandeja, cartón, pala de horno.... Greñamos y hacemos el dibujo que queramos, yo a éste le hice este dibujo, pero podéis hacerle sólo el cuadrado, una cruz, una sola linea... eso ya lo que os guste.

Preparamos unos 5-6 hielos en un bol y hacemos lo siguiente.

Abrimos la puerta del horno, sacamos un poco la bandeja caliente del horno, volcamos el pan con el papel incluido, echamos los hielos en la solera del horno (parte de abajo del todo), y cerramos rápidamente el horno.

CONSEJO: si vuestro horno os permite calor solo abajo es el momento de hacerlo. Si no apagad el horno durante 10 minutos. Eso provocará que el vapor ocasionado con los hielos y el calor anterior abra mucho y muy bonito el pan. 

A los 10 minutos volvéis a encender el horno, con calor arriba y abajo y dejáis durante 30 minutos a 220 grados. Y por ultimo, volvéis a bajar el horno a 200 grados y añadis aire para que se termine de secar muy bien la corteza.

Parece complicado, pero si seguís los pasos, os saldrá un pan de 10. Tan bonito como este.

IMPORTANTE: dejar reposar el pan sobre una rejilla al menos 5-6 horas antes de cortarlo. Sé que os comerán los nervios por ver el precioso interior, pero hacedlo. Merecerá la pena.

Y ya sabéis, si os animáis a hacerlo, enviadme fotos, me encantará y me alegrará MUCHO el verlas...